Alonso fue, como alguna vez escuché de una señora
¨Un buen enfermo". Alonso fue víctima de accidentes y
enfermedades y yo lo conocí cuando el Encephalitozoon cuniculi llegó a su cuerpo y con un
problema hepático en su bolsillo.
Bueno, y para ser sincera, el diagnóstico nunca estuvo
claro para mí, y es que ese diagnóstico a la fecha es uno de los más difíciles,
pero seguí el tratamiento para esos casos y Alonso sobrevivió.
La encephalitozoonosis es una enfermedad causada
por un parásito interno que afecta principalmente a los conejos. Los signos clínicos más frecuentes están
asociados al síndrome vestibular, una serie de síntomas neurológicos
caracterizados por “head tilt” (ladeamiento de la cabeza), incapacidad para
mantener el equilibrio, “rolling” (el animal rueda sobre sí mismo), y
hemiparesis (incapacidad de movimiento en una mitad del cuerpo). ¿Recuerdan lo
que les conté de Alonso inicialmente?
Obviamente
este cuadro puede ser compatible con otros diagnósticos y cada uno fue descartado
en Alonso, y aun así no estaba segura. Por ahí leí que muchas veces el diagnóstico
definitivo del Encephalitozoon es posible post mortem.
Por suerte, después de un largo tratamiento Alonso sobrevivió
...y no sólo a ello.. Sobrevivió a un baño accidental de lejía, sobrevivió a
una impactación cecal, y al error continuo de algunos de mis colegas de recetarle
medicamentos contraindicados para conejos.
Hace 7 meses, Alonso llegó con una herida pequeña
en la oreja, Vanessa por complicaciones en su trabajo tuvo que ir a otro
veterinario. La pequeña herida después de un raspado y una crema inadecuada
terminó en necrosis (muerte celular o del tejido) de su orejita; respecto a lo
cual, no tuve más remedio que extraerle parte de ella.
¡Alonso había nacido para vencer todo! Y yo era
como su hada madrina, pero de esas que llegan después de las 12, es decir tarde,
porque no podía hacer mucho por él.
Alonso resistía todo, y yo siempre recordaba su
problema hepático diagnosticado hace un año. Alonso como nos contó Vanessa no
se acicalaba mucho y a pesar de andar en un piso casi perfecto para él,
desarrolló Pododermatitis (inflamación de las patas, presentan heridas abiertas
o cerradas) que terminó siendo una de mis grandes frustraciones. Jamás logré
curar esas heridas y para mis colegas que leen esto quizás ya están pensando en
el porqué, pues sí, su problema hepático impedía que metabolizara los
medicamentos aplicados y disminuía la capacidad de cicatrización. Por ello,
jamás se curaba.
A sus 8 años, cansado, y sufriendo por el dolor de sus patas , Vanessa decidió
eutanasiarlo y yo nuevamente cual hada madrina llegué a parar su sufrimiento
pero como siempre, tarde.
Mis pacientes (como Alonso) se convierten en un
reto constante, y cuando ya no puedo hacer mucho por ellos terminan por desalentarme,
entonces pensé en una forma de sentirme mejor ante estos casos, escribir estas
historias y compartir con ustedes lo que
he aprendido. Decidí abrir este blog y contarles sobre conejos como Alonso, decidí
contarles mis errores y los errores de otros si es necesario, para
no volverlos a cometer, decidí, darles una oportunidad a sus dueños de escribir
algo sobre sus mascotas.
Finalmente, para acabar con la Historia de Alonso
quería agradecer a Vanessa por sus palabras y por confiar en mí en cada momento, al
doctor Alberto Vargas por su sabia decisión de derivármelo. Y a Alonso por ser un Buen Enfermo, Que descanses en el cielo de los conejos Alonso.