sábado, 22 de febrero de 2014

Canelita Bonita ...



Hace 10 meses llegó al Consultorio de Animales Silvestres de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de San Marcos,  un Conejito Lop Hembra. En la consulta médica se le diagnosticó un absceso mandibular como consecuencia de una mala oclusión dentaria. En palabras sencillas, para que me entiendan un poquito mejor aquellos que no son veterinarios, “sus dientes no estaban derechos, como consecuencia se hizo una pequeña herida en las encías, la herida se infectó y se trasformó en un “absceso”, que es como un globo lleno de pus“.
Le indiqué a la dueña el tratamiento a seguir, el cual consistía en una cirugía y tratamiento post operatorio de dos meses; pero lamentablemente la señora prefirió solicitar la eutanasia de la conejita.  En realidad,  cuando deciden por esa opción, no siendo una de mis alternativas, trato de convencerlos de lo contrario, pero ese día tenía 4 pacientes en el tópico y dos en espera, y no voy negar que el estrés del momento me abrumó y acepte su decisión.




Cuando terminé de atender a mis pacientes, tenía que proceder a realizar la eutanasia, pero la  presencia de estudiantes, mi ética, y mi corazón decidieron no hacerlo. Jesús Lescano, operó a Canela, alias “Chuchumeca” con éxito y se encargó de su tratamiento por dos meses, yo, decidí luego de dos meses, que Canela, podía ser parte de la familia Sanmarquina y adoptarla en el consultorio.
Canela vivió con nosotros 10 meses, durante ese tiempo ayudó en las clases de medicina de mascotas exóticas de San Marcos, en el taller de crianza de conejos, y también sirvió de ejemplo para los posteriores conejos con esa enfermedad. En recompensa, ella tenía todo el jardín principal a su disposición, la atención particular de dos veterinarios, los regalos de las personas que venían al Consultorio, el cariño de los alumnos y del personal que de lejos la cuidaba.
Durante el tiempo que estuvo en el Consultorio, considero que fue la coneja más feliz y su felicidad la veía en su libertad, la Facultad era su casa, saltaba, corría, comía, escapaba, descansaba, dormía, jugaba, donde ella decidía .
Esa  felicidad, fue la que hizo que un 15 de Febrero decidiéramos que finalmente descansara. Canela estuvo enferma por dos semanas, ya no era su absceso, era algo más que la hacía bajar de peso rápidamente y le quitó las ganas de saltar y jugar como antes. Nosotros hicimos todo lo posible, pero nunca mejoró y lamentablemente en sus últimos días lo único que deseaba era descansar.
Canela, me dejó una historia para contarles, un tratamiento y una cirugía exitosa para los futuros conejitos, un cirujano con experiencia con su corazón ablandado por sólo mirarla, un nuevo reporte clínico en conejos, un agradecimiento eterno a Jesus Lescano , el cirujano,   por salvarle la vida en su momento y dos corazones vacíos ante su ausencia.
Finalmente, considero que lo más importante de tenerla conmigo, es que ahora puedo comprender cada una de sus historias y lo que sintieron en el momento de perder a sus mascotas.
Que descanses en paz Canelita bonita.