Hace 10 meses llegó al
Consultorio de Animales Silvestres de la Facultad de Medicina Veterinaria de la
Universidad de San Marcos, un Conejito Lop
Hembra. En la consulta médica se le diagnosticó un absceso mandibular como
consecuencia de una mala oclusión dentaria. En palabras sencillas, para que me entiendan
un poquito mejor aquellos que no son veterinarios, “sus dientes no estaban derechos,
como consecuencia se hizo una pequeña herida en las encías, la herida se infectó
y se trasformó en un “absceso”, que es como un globo lleno de pus“.
Le indiqué a la dueña el
tratamiento a seguir, el cual consistía en una cirugía y tratamiento post
operatorio de dos meses; pero lamentablemente la señora prefirió solicitar la eutanasia
de la conejita. En realidad, cuando deciden por esa opción, no siendo una
de mis alternativas, trato de convencerlos de lo contrario, pero ese día tenía
4 pacientes en el tópico y dos en espera, y no voy negar que el estrés del momento
me abrumó y acepte su decisión.
Cuando terminé de atender a mis pacientes,
tenía que proceder a realizar la eutanasia, pero la presencia de estudiantes, mi ética, y mi
corazón decidieron no hacerlo. Jesús Lescano, operó a Canela, alias
“Chuchumeca” con éxito y se encargó de su tratamiento por dos meses, yo, decidí
luego de dos meses, que Canela, podía ser parte de la familia Sanmarquina y adoptarla
en el consultorio.
Canela vivió con nosotros 10 meses,
durante ese tiempo ayudó en las clases de medicina de mascotas exóticas de San
Marcos, en el taller de crianza de conejos, y también sirvió de ejemplo para
los posteriores conejos con esa enfermedad. En recompensa, ella tenía todo el
jardín principal a su disposición, la atención particular de dos veterinarios,
los regalos de las personas que venían al Consultorio, el cariño de los alumnos
y del personal que de lejos la cuidaba.
Durante el tiempo que estuvo en
el Consultorio, considero que fue la coneja más feliz y su felicidad la veía en
su libertad, la Facultad era su casa, saltaba, corría, comía, escapaba,
descansaba, dormía, jugaba, donde ella decidía .
Esa felicidad, fue la que hizo que un 15 de
Febrero decidiéramos que finalmente descansara. Canela estuvo enferma por dos semanas,
ya no era su absceso, era algo más que la hacía bajar de peso rápidamente y le
quitó las ganas de saltar y jugar como antes. Nosotros hicimos todo lo posible,
pero nunca mejoró y lamentablemente en sus últimos días lo único que deseaba
era descansar.
Canela, me dejó una historia para
contarles, un tratamiento y una cirugía exitosa para los futuros conejitos, un
cirujano con experiencia con su corazón ablandado por sólo mirarla, un nuevo
reporte clínico en conejos, un agradecimiento eterno a Jesus Lescano , el cirujano, por salvarle la vida en su momento y dos corazones vacíos ante su ausencia.
Finalmente, considero que lo más
importante de tenerla conmigo, es que ahora puedo comprender cada una de sus
historias y lo que sintieron en el momento de perder a sus mascotas.
Ooohhh noooo que pena, la ultima ves que estuve en la CAS tuve la suerte de conocerla e inclusive fui porque tenia un paciente con el mismo problema, Jesús me la presento y vi su mejoría, me sirvio también a mi como una referencia de que si se puede tratar los abcesos mandibulares con exito.
ResponderEliminarEs una lastima que no los pudiera acompañar mas tiempo, sin embargo en su vida dejo muchas enseñanzas como lo hizo conmigo, actualmente mi paciente esta en proceso de recuperación y esperemos que así sea.
QEPD Chuchumeca =(
Gran historia Dra. Miriam
Gracias Daniel aún la extrañamos , suerte en tus casitos un abrazo
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