Nunca pensé
que la partida de Cookie iba a dejar un vació que desde ya sé que nada ni nadie
va a llenar, he ido a varios velorios en mi vida no son muchos ni pocos pero
puedo decir , que a pesar de que muchas personas no lo entiendan esta es la
perdida que más me ha dolido hasta ahora.
Dejar ir a Cookie
fue dejar ir a mi primera hija, mi mejor amiga, mi alma gemela. No hacia
grandes trucos, pero muchas veces verla era verme, ella tenía algo mío y yo
algo de ella...nos leíamos mutuamente.
Hace 3 años,
la compre como un regalo para un ex novio que tenía, se retrasaron 1 hora,
tocaron el timbre y un señor me la traía en bicicleta desde lejos. Ella estaba
en una bolsa de papel y su comida dentro de esta bolsa con ella, morí de pena
porque hacia muchísimo calor, imagine que la pobre podía estar deshidratada (el
señor al menos tenía un sombrero, ella no).La metí a mi casa y la puse en una
batea muy grande y así viéndola caminar y asomarse, sentí la conexión inmediata...”El Flechazo”. A
los dos días se la regalé a mi ex novio aunque siendo sincera con ustedes: No
quería hacerlo. Me sentía angustiada a las horas de habérsela dado porque no
sabía si ella estaba bien si el se había levantado a tiempo y le había dado
algo de comer, pensé que solo podía estar segura conmigo y para mi suerte, mi
ex me la devolvió a los días porque en su casa no aceptaban animales, la fui a
recoger inmediatamente porque solo quería verla de nuevo. Mis papás
quieren mucho a los animales y ya había tenido un flechazo similar con ella, no
fue difícil lograr que se quedara.
Cuando la
regrese a casa la miraba mucho y recuerdo haber pensado esto: si se veía tan
tierna entonces también lo era y eso me hizo pensar que así digan que
los animales son distintos a los seres humanos el instinto de protección es
similar y esta bebé no tenía mamá, en ese instante esa pequeñez pasó a ser
mi hija y yo su mamá.
A los pocos
días escuche una canción que se llama "Tiny Nose" es escrita de una
mamá para su hija de 6 meses de nacida, Cookie era muy muy pequeña y tenía una
nariz pequeñita como narraba la canción, y yo mecía a mi bebé todos los días
con esa canción, parecía gustarle y diría que se acostumbró a eso y a que le
diga cosas lindas.
Mi mamá
también lo hacía y le inventó una canción de cuna que le cantaba todos los días
también estamos seguras que también reconocía la canción, mi mami se la cantaba
cuando me iba a trabajar y cada vez que podía y cuando yo estaba en el trabajo
solo quería estar con ella, mi papá le daba los buenos días todos los días a
las 7am le compro una jaula enorme para que pudiera pasearse aun cuando le
dejabamos la jaula abierta en las tardes, también tenía un neceser con
accesorios porque era una princesa para nosotros.
No solo le
digo princesa porque era muy bonita y no la amo por eso, la amo porque
la crié con tanto amor en el cuerpo que ella aprendió a amarnos
a nosotros también y se notaba.
Paso poco
tiempo y aprendió a levantar el seguro de su jaula que ya estaba
flojo, se escapaba entre 7am y 8pm y saltaba a mi cama, ella era
lo primero que yo veía en las mañanas...un par de veces aterrizo en mi
cara mientras dormía y me asusto pero jamás me pude molestar con ella, porque
todo lo que hacía, lo hacía por atención, eran sus formas de hacerse notar.
Compartía
con ella mi comida o fingía que la compartía porque le encantaba ver que le
diera algo mio la ponía feliz, y si hacía sonar una envoltura estaba a mi
costado en dos patitas o parada frente a su jaula en dos patas si esta estaba
cerrada.
Al pasar
medio año estando con ella me di cuenta que ella se echaba cuando me veía
echada, apoyaba su cabeza contra el suelo cuando me veía apoyarla en mi cama...muchas
veces lo hacía ella sola, es natural pero muchas veces imitaba mis movimientos
y era adorablemente raro.
La arrullaba
en mi cama para dormir y la cubría con mis sabanas, en una hora ya tenía los
ojos cerrados y la devolvía su jaula porque ya estaba lo suficientemente
relajada para poder descansar, si no lo hacía ella me reclamaba pero como podía
molestarme si aunque me muriera de cansancio solo me pedía amor y yo siempre
estaba dispuesta a dárselo porque la adoraba. A pesar de tener
problemas respiratorios, nunca la aleje de mí, tampoco cuando supe que iba a
ser mamá de un bebé que nacerá en octubre de este año. Admito
que quería ver crecer un poquito a mi hijo/a y compartir con él, lo
que hubiera sido tener a Cookie, porque
Cookie me dio más de lo que pensé que podía darme. Quería demostrarle a mi
bebé que no importa que muchísimas personas subestimen a
estos animalitos y que se burlen porque dicen que no hacen nada fuera de
lo común como los perros, mi Cookie había crecido amada y
con una capacidad de amar más increíble y fuera de
lo común que cualquier truco, mi bebé iba a aprender lo maravilloso
de este vínculo y de mi amor desinteresado por este animalito que tanto
amo y viceversa, mi bebé iba a amarla conmigo.
Ahora Cookie
ya está descansando, pero tengo claro que siempre será mi primer amor y al
menos tuve la suerte de no equivocarme en el sentido de que todos los días le
dije a pesar de lo ridículo que suene para gente, que ella era mi hija, que la amaba, la amo y la amare siempre.