Bombi....Bombi
Bombón, llego a mi vida hace 6 años. Pero no fue el
primer conejo que tuve, antes de ella tuve 2 conejos, Pirulin fue el primero,
fue un regalo, pero lo compraron en el mercado central (cosa que no apoyo,
porque me parece incorrecto comprar animales allí), él me enamoró desde que lo
vi, lamentablemente el gusto me duro poco, Pirulin llego con una enfermedad y
se murió a los pocos días, le vino una diarrea y cuando pensé que se estaba
curando, me despertaron sus gritos, pues estaba agonizando, me asusté mucho
pero todo fue rápido. Aunque no lo tuve mucho tiempo llore mucho.
Bombón, llego al poquito tiempo, nuevamente fue un
regalo, me la regalaron porque pensaron que aliviaría mi dolor, pero yo me
moleste, para mí “nadie suplantaría a Lina”, pensé. Así que le dije que se la
llevara, se la llevo, y la tuvo unos días, pero al final termine aceptándola,
aunque no tan emocionada como las otras veces. Era marroncita como un bombón de
chocolate, por eso le puse Bombón (felizmente esta vez la compraron en la
universidad La Agraria).
No puedo explicar por escrito lo que ella llego a
significar para mí, se ganó mi amor al poco tiempo, y llego a ser mi bebe, para
mí, siempre será mi bebe, mi engreída, la única a la que le dejaba hacer todo
lo que quería (Porque a mis perritos que también tengo, me gusta educarlos
bien), pero con los conejos es diferente, son tan tiernos que es imposible
castigarlos. Bombón me acompaño en el mejor momento de mi vida, hace 6 años
atrás tome la mejor decisión de mi vida al estudiar la Biblia con los Testigos
de Jehová, esa decisión cambio mi vida y Bombi estuvo conmigo todo ese tiempo, y
yo sé que fue un regalo de Dios, pues en la Biblia aprendí, que nuestro creador
creó a todos los seres vivos en nuestro planeta, y cada uno es el reflejo de su
sabiduría, poder y amor, Dios deseaba que los animales nos acompañen, nos hagan
felices y que nosotros los cuidemos. Bombi me hizo muy feliz y yo hice todo lo
que pude por cuidarla y hacerla feliz, y me asegure de que ella no sufra, de
que no llegue a estar postrada agonizando. Ella no dio ese grito que es para mí,
el sonido más horrible; Ella solo se durmió, en mi cama donde le gustaba estar.
Hay tantos recuerdos que me llevo de mi bebe, que no
puedo ponerlos todos por escrito, pero no hago más que pensar en ellos. Extraño
su mirada, extraño como pedía que le abra su jaula ni bien me sentía llegar,
como ponía su carita contra su jaula y con su manitos, era como si me dijera “ábreme
rápido”, extraño como renegaba cuando yo quería arreglar su jaula u ordenar su
comida, como venía corriendo de donde estuviera todas las noches cuando me
escuchaba cortar su zanahoria y solo así se metía a su casa solita porque sabía
que ya era hora de dormir, extraño como fastidiaba a mis perras, como me exigía
que la acaricie, como me daba besitos y como se acurrucaba en mi pecho. Desde
que se fue ya no quiero entrar a mi cuarto, lo veo más grande y vació, y ya no
está esa alegría de antes.
Bombi fue única, fue inteligentísima, astuta,
renegona, engreída, a veces fastidiosa (sobre todo con mis perrita ¡pobres!,
que como eran tan nobles, ella siempre se aprovechaba), pero sobre todo Bombi
fue muy querida. Yo me encargue de eso. Yo sé que ella me quiso mucho, y sé que
siempre supo que yo la quería y que siempre la protegería para que nada malo le
pase. Hice lo mejor que pude.
Gracias Bombi, por todo lo que me diste, pero ante todo
gracias a Jehová nuestro Dios y nuestro creador, que te puso en mi camino y me
bendijo contigo, porque tú fuiste una bendición.
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